LECCIONES DE VIDA


LECCIONES DE VIDA

Cada persona tiene que vivir sus propias lecciones. Nadie puede vivirlas por nosotros.

Cuando amamos a alguien queremos quitar las espinas del camino para que no se lastime, y no se haga daño, pero son precisamente esas espinas, las que  necesita en su proceso de aprendizaje.

Nosotros solo tenemos que estar ahí, para levantarles cuando se caen, no podemos vivir por ellos, aunque quisiéramos dar nuestra vida en el intento. Pero como todo en la vida, eso también pasará.

Entonces resurgirá su espíritu más fuerte, sereno y sabio. Con muchas experiencias adquiridas, con una fortaleza que trasciende y comprende más de lo que los ojos pueden apreciar y la superficialidad puede abarcar.

Nada es por casualidad, cada alma tiene que vivir sus propios aprendizajes que son adecuados a sus necesidades espirituales. 
Aunque ahora no veas la luz y pienses que tu cruz es muy pesada, solo recuerda que nada es para siempre, y como todo, también las aguas regresan a su cauce.

Todos los caminos recorridos nos hacen lo que somos hoy, en su momento una se pregunta: ¿Por qué a mi? Mirando en retrospectiva encontramos la razón. Esos eventos traumáticos, nos han obligado a sacar fuerzas de flaqueza, a ser recursivos, a descubrir talentos que ni sabíamos que poseíamos, al final, resurgimos más fuertes porque se impone la fuerza del corazón. Todas esas experiencias, han pulido nuestra alma y nuestro ser interior.

El poder está en cada uno de nosotros, solo tenemos que hacer uso de él. No estámos solos, nos tenemos a  nosotros mismos, y unos a otros como una cadena invisible.

Entregar todo al universo para que el se encargue de poner todo en su justo lugar. Una emoción, un dolor, una alegría, es la forma que el alma busca para expresarse.

Lucía                                                                                                                                                             


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