Acciones y pensamientos deben ser coordinados, congruentes y consecuentes entre lo que se dice, se piensa y se siente, siendo un reflejo de ello.
Siendo un faro en la oscuridad y una luz en el camino, actuando con transparencia, honestidad, madurez emocional y sensatez, respetando sentimientos y sensibilidades.
Creyendo en nuestras capacidades como medio para lograr nuestros objetivos, venciendo nuestros miedos y limitaciones internas, tomando acción y sobreponiéndonos a circunstancias adversas; confiando y dando lo mejor de sí.
Predicando y enseñando con el ejemplo, siendo el cambio que queremos ver reflejado, sin pretender que los demás actúen a nuestra conveniencia o que den lo que no poseen, especialmente si nosotros no lo hacemos.
Cada persona avanza según su propio ritmo y al final se supera a sí misma.
Autora:
Lucía Uozumi.
(Derechos Reservados)
No hay comentarios:
Publicar un comentario