Te amo.
No quiero a ningún otro hombre en mi
corazón, en mi vida, en mi alma, en mi pensamiento, que no seas únicamente tú.
Mi corazón, mis sentimientos, mis
pensamientos, mi alma, y cada milímetro de mi, solo están contigo, solo quiero
tus besos, tus caricias, tu voz, tu cuerpo, tu alma, te quiero a ti, solo a ti
en mi vida.
Al amor no hay que temerle, si es la
experiencia más hermosa, sublime y máxima expresión del ser humano.
Yo, amor mío, te quiero y acepto como
eres, no quiero que seas diferente, te quiero con todo, con tus problemas
y responsabilidades, con todas tus dudas, con tus ocupaciones, con todo tu
pasado, tu presente, con todo lo que eres.
Te amo y me duele no tenerte, me
duele mi cama vacía, no tener tus besos aunque sean desde la distacia,
que no camines a mi lado, que no me acompañes en mi senda, no saber de ti, cómo
te va en tus actividades, si eres feliz, si piensas en mí, si deseas abrazarme,
besarme y hacerme el amor como yo lo deseo, con esta intensidad que me
devora, con esta sed imposible de apagar, con esta soledad que me carcome, con
esta tristeza que me mata.
No comprendo por qué razón te tienes
que alejar de mi vida, máxime si dices amarme también.
Solo me queda soñar que estás a mi lado,
que ambos estamos tan unidos, que no sabemos donde termina tu piel o mi
piel porque parecemos uno. Yo giro mi rostro y te encuentro a mi lado,
nos besamos, nos miramos, sonreímos, no tenemos ni que hablar porque nuestros
corazones lo saben todo el uno del otro. Hay tanta compenetración entre los
dos, nos fundimos, nos amamos sin reservas, sin miedos, nos entregamos completa
y mutuamente, sabemos que nos amamos y que eso es lo más maravilloso que nos
puede suceder.
Pero la verdad, es que no me quieres en
tu vida, que me has roto el corazón, que yo te amo, pero tú me cerraste la
puerta sin una explicación válida. Que me duele respirar, que te extraño, te
anhelo, te deseo. Solo le pido a Dios que vuelvas a mí, pero solo si eso
te hace feliz, si es para quedarte y lo que tu corazón desea, y que
si no es así, que me de la fortaleza para superar este dolor que me embarga,
recoger los pedazos de mi maltrecho corazón, y volver a creer en la vida, en la
gente y en todo lo que Dios tenga para mí.
No me resigno, no lo acepto.
Autora:
No hay comentarios:
Publicar un comentario