DESPUÉS DE TANTO TIEMPO




Hoy, después de tanto tiempo, resurgieron mis ansias de escribir, tenues y tímidas. Ideas escurridizas que no pude atrapar en el instante aquel, cuando tomar un lápiz y un papel era casi una tarea menos que imposible.

Percibo a lo lejos el canto de los grillos y el parpadear de las luciérnagas. El viento se cuela con libertad haciendo danzar en un suave vaivén las cortinas azules de mi habitación. La luna… ¿La luna habrá salido?

Me incorporo, retiro mi portátil y me asomo por la ventana. No, es noche oscura, cerrada. Dudo, decido inspeccionar más de cerca. Ni sombra de ella, ni una estrella se asoma. Sin embargo, me siento bendecida, en otros sitios del país, el tifón está dejando estragos; mi corazón se encoje al rememorar las imágenes de lo que está sucediendo.

Divago mientras espero, estoy en paz. Sé que todo es perfecto y tiene su razón de ser, obedece a un plan divino. Por fin, me permito un tiempo para mí, para plasmar mis sentimientos, para dejar que mi alma encuentre un medio para expresarse, solo depende de mí, permitirle alzar el vuelo.

Quiero sentir de nuevo esa alegría desbordante en el pecho, como cuando terminaba de escribir un relato, una poesía, un pensamiento y le daba a la tecla publicar y dejaba que se la llevara el viento, que retomara vuelo, que cumpliera su destino.

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