Algunos
dicen que recordar es vivir... ¿será que hoy necesito vivir al recordarte o
recordarte para vivir?
Llegaste
tú, mi amigo de siempre... Algo tímido, algo dulce, impetuoso, aguerrido, con
mil triunfos y derrotas a cuestas.
Sin
querer queriendo tomaste la batuta en eso que llaman el juego del amor.
Venía
tan lastimada que temí que la llama de tu pasión abrazadora me quemara, no
poder controlar lo que estaba sintiendo, mi corazón acelerado... empezar a ver todo a través de los lentes nublados del amor. Perder la cordura, ser
insensata, arruinar nuestra amistad... esa que para mí era tan importante.
Por
cierto, nuestros miedos más profundos siempre se hacen realidad. Hoy ya no
estás, ya no somos nada, ni siquiera amigos, ni siquiera polvo de estrellas...
Nuestras voces han callado para siempre.
Lucía
Uozumi.
No hay comentarios:
Publicar un comentario