Solitaria se desplaza en la inmensidad de la noche.
Se detiene un momento en el cielo. Un profundo suspiro
emerge de su pecho en memoria de los amores fallidos,
los amigos perdidos, las heridas de guerra,
los sueños inconclusos y las historias que no pudieron ser.
Haciendo acopio de valor, prosigue sin mirar atrás.
Lleva su corazón desgarrado, ella creyó y entregó
su alma en cada ocasión.
Lucía Uozumi.
Pequeñas historias antes de dormir.
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